¿Por qué escapas de mí, querida?
El miedo volvió a hacer aparición en mí, y, antes de que pudiera escapar, unas manos me cogieron del cuello con fuerza y me alzaron. Intentaba deshacerme de su agarre de todo tipo de formas, pero ninguna resultaba.
—Veo que sigues siendo igual de débil que siempre—rió de forma cruel—; sin embargo, tu aspecto a cambiado mucho, princesa, ¿qué tal si lo probamos?—dijo, acercándome a su rostro, a pocos centímetros de mi boca, mientras yo seguía resistiéndome. Nuestros labios estaban a punto de chocarse y...
—¡Ah!—grité, despertándome de golpe de esa pesadilla—. Ese sueño de nuevo—pensé con tristeza, últimamente soñaba mucho esa pesadilla, pero, a pesar de ser siempre igual, las palabras que siempre decía aquel desconocido eran distintas en cada sueño—. Creo que necesito ir a un psicólogo—murmuré adormilada, levantándome de la cama, cogiendo mi ropa y yendo al cuarto de baño. Minutos después, salí del baño ya lista para salir, no sin antes desayunar. Encendí la televisión para ver lo nuevo que ha ocurrido en el mundo, pero nada, sólo política y cosas varias que no me interesan en absoluto, si acaso el tiempo, el pronóstico para hoy era tormenta, y, viendo el cielo gris, no tardará mucho en llegar. Cuando terminé de desayunar, recogí la mesa, apagué el televisor y me fui de mi apartamento.
Mi nombre es Cristina The Cat; Cris, Cristi o Cris-chan para los amigos, tengo catorce año; a pesar de mi corta edad, he vivido siempre sola, los del ayuntamiento eran los que me daban el dinero para poder subsistir aquí, y no era tan malo, para mí con un techo, una cama y lo básico para vivir, era suficiente, aunque, los vecinos fueron muy amables al darme sus antiguos muebles. Mi cabello es color rojizo algo oscuro, muy largo y rizado, mis ojos son verdes oscuros y mi pelaje es marrón. Soy de dudosa procedencia, en otras palabras, que nadie, ni siquiera yo misma, sé de donde vengo. La mujer que me recogió de la calle dice que me encontró en el bosque, tuve suerte de que no era un área muy profunda, sino, no estuviera aquí en estos momentos, más haya de eso, no hay nada más que deba destacar de mi persona.
Al salir del edificio, miré un poco mi alrededor, haciendo memoria de dónde podía estar el hospital.
—¡Cris-chan!—exclamó una melodiosa voz femenina, abrazándome por detrás. Reconocería esa voz en cualquier lugar.
—Buenos días Ichigo—saludé amablemente. Ichigo es mi vecina de enfrente y la que más me ayuda en situaciones complicadas. Ella es una conejita de pelo corto; de un marrón claro, sus orbes son rosados y su pelaje era de un marrón un poco más oscuro.
—¿A dónde vas?—preguntó curiosa la coneja.
—A dar un paseo, hace un día espléndido—mentí, aunque ella no notó mi engaño, solo se limitó a sonreírme—. ¿Y tú?
—Voy de camino al aeropuerto, una amiga mía vendrá a vivir aquí y voy a recibirla y ayudarle con el equipaje—respondió, por la forma en que lo decía, podría jurar que estaba emocionada por la llegada de su invitada—. No puedo pararme más o sino no llego, ¡nos vemos luego!—vi como poco a poco se alejaba a gran velocidad, cuando estuve segura de que se había ida, seguí con mi camino. Bien, era hora de pensar, ya que soy demasiado orgullosa como para preguntarle a alguien indicaciones. A ver, la última vez que fue al hospital fue con Ichigo, debido a que me desmallé, ahora que lo pienso, soy muy propensa a desmayarme, tendría que tener más cuidado. Aunque, una vez acompañé a Ichigo a que le sacaran una muestra de sangre, según recuerdo, atravesamos el parque que hay en la calle Esmerald, ya me iré acordando del resto conforme me valla moviendo.
¿Me echaste de menos, cariño?
—¿Qué...?—miré hacia todos lados, no había nadie aparte de mí en esta calle, ya que era muy temprano y la gente estaba preparándose para salir a trabajar—. Debieron ser imaginaciones mías—me dije mentalmente, restándole importancia a lo ocurrido recientemente.
¿No me crees? ¿O acaso no te acuerdas de mí? Soy el que aparece siempre en tus sueños.
La sangre se me heló en segundos, lo que estaba pasando ahora era... ¿Real?—¿Quién... eres?—le interrogué entrecortada.
—La oscuridad—contestó la voz muy cerca de mi oreja.
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Holiwis :3 ¿me extrañaron? :D
Bueno, por aquí dejo el capítulo 1, todos los personajes (incluidos los míos) van a tardar en salir, quiero que la historia tenga desarrollo y no ir a la velocidad de la luz, como en la historia anterior.
Bueno, aquí me despido:
Sayonnara minna~